El aquafitness consiste en la realización de diferentes tipos de ejercicio dentro de una piscina con poca profundidad. Y es que, dentro del agua tenemos una gran ventaja que no nos puede aportar una sala de gimnasio convencional o nuestra propia sala de estar en casa, que no es otra que la de volvernos más livianos debido a la flotabilidad en el medio acuoso. Debido a esto, tendremos la capacidad de hacer ejercicios con menos riesgo, porque el impacto que reciben las articulaciones es mucho menor. Aunque el esfuerzo sea mayor, podemos conseguir movimientos más suaves y precisos por poder realizarlos más detenidamente y, por lo tanto, el éxito del ejercicio es mayor que fuera del agua.
El aquafitness nació como un ejercicio pensado para personas mayores con una movilidad más reducida; así, servía de terapia para mejorar aspectos psicomotrices que, con la edad, se van perdiendo debido al desgaste de los huesos y a la pérdida de tono muscular. No obstante, cualquiera que haya completado una sesión de aquafitness actual no puede decir que es un deporte cualquiera, ya que es duro de realizar aunque muy reconfortante. Lógicamente, el aquafitness ha ido variando con los años desde esa terapia psicomotriz y, hoy en día, es perfecto para todas las edades, puesto que se puede adaptar sin problemas a la capacidad física de los participantes.
El éxito del aquafitness radica en la combinación de dos características que resultan muy atrayentes y beneficiosas. En primer lugar, el hecho de que se realice en el agua a una temperatura que oscila entre los 28ºC y los 31ºC hace que la temperatura del cuerpo se vaya regulando y nuestra sensación corporal sea mucho más agradable, a la vez que los movimientos en el agua nos hacen sentir más cómodos e, incluso, nos relajan. Además, el hecho de escuchar música mientras se realiza el deporte provoca que nos divirtamos más haciendo el ejercicio e, incluso, socialicemos con más facilidad.
¿Para quién está indicado el aquafitness?
En principio la práctica del aquafitness es adecuada para todas las personas sin importar la edad, la capacidad física ni el tono muscular, puesto que se puede realizar con mayor o menos intensidad. Además, el hecho de que haya diferentes variedades con
distintos niveles de exigencia hace que podamos elegir el más adecuado para cada uno de nosotros.
No obstante, si sufrimos algún tipo de enfermedad o lesión debemos consultar a un especialista para que nos alerte sobre los posibles riesgos de su práctica en nuestra situación particular. Nuestro médico nos explicará qué tipo de ejercicio físico es el más indicado según nuestro estado de salud y, si es necesario, determinará la idoneidad de realizar una prueba de esfuerzo, sobre todo en el caso de pacientes con problemas cardiacos.